
Las cámaras termográficas se utilizan en el proceso de transformación de la madera, tanto para garantizar la calidad del producto final como para prevención de incendios. La madera tiene una tradición milenaria como material y para la construcción. Incluso hoy en día, la producción de madera sigue siendo superior a la de acero u hormigón.
Sistemas de cepillado de alto rendimiento
La empresa austriaca Binderholz GmbH es líder del mercado europeo de productos de madera maciza. En su planta de Fügen, entre otros productos, producen láminas adhesivas, tableros perfilados, así como tablas para suelos. Las piezas de madera maciza aserrada se alisan, se aplanan y, si es necesario, se perfilan en una cepilladora de última generación. La cepilladora de 12 m de largo tiene un total de once husillos que pueden procesar la pieza de trabajo en una pasada desde todos los lados.

Durante el proceso, la madera se mueve a una velocidad de hasta 3,4 metros por segundo a través de la línea de cepillado. Las llamadas guías de entrada y zapatas de presión, que se ajustan neumáticamente, presionan las piezas de madera contra los husillos. “Debido a las altas velocidades, el ajuste correcto de la fuerza de contacto es muy importante”, explica el especialista en operaciones eléctricas que se encarga de equipar las líneas de cepillado en Binderholz. Si la presión es demasiado alta, las guías de entrada se sobrecalientan debido a una fricción excesiva, lo que puede provocar que las virutas se enciendan y en el peor de los casos se genere un incendio.
Las cámaras de infrarrojos detectan las piezas sobrecalentadas de inmediato, eliminando así el riesgo de incendio de forma eficaz. Pero en esta aplicación, la tecnología infrarroja también proporciona beneficios adicionales: se minimizan las quemaduras en la madera causadas por una presión excesiva.
Control de temperatura en la línea de cepillado
Para evitar el riesgo de incendio debido a las piezas calientes de la máquina, Binderholz se basa en un sistema de control de temperatura en la línea de cepillado. No fue posible implementar una medición de temperatura con sensores de medición tradicionales ya que la cantidad de cableado habría sido prohibitiva, debido a la necesidad de medir la temperatura en una gran cantidad de ubicaciones. Además, los cables deberían haber sido protegidos contra daños por astillas, por ejemplo. La solución fue proporcionada por Optris, el fabricante de cámaras infrarrojas utilizando los modelos de cámara PI 400 y PI 640. Las cámaras PI 400 tienen una resolución de 382 x 288 píxeles y el PI 640 tiene incluso una resolución aun mayor de 640 x 480 píxeles. Para cada píxel, las cámaras infrarrojas miden un valor de temperatura individual a una velocidad de hasta 125 Hertz.
En total, once cámaras de infrarrojos están instaladas en dos líneas de cepillado en Binderholz. Estas cámaras tienen una vista de todos los componentes críticos de las cepilladoras que podrían dañarse a temperaturas excesivas o, en el peor de los casos, provocar un incendio. Además de las guías mencionadas anteriormente, que pueden sobrecalentarse debido a la fricción por una presión excesiva, la monitorización de temperatura también incluye partes de la tecnología de transmisión, como cajas de cambios, motores y ejes de transmisión.
El software de las cámaras tiene una funcionalidad que es particularmente importante para la protección contra incendios: la identificación automática del punto más caliente dentro de la imagen, el llamado hotspot, que se puede mostrar y evaluar. En el software, es posible establecer valores de umbral para la temperatura a la que se activan determinadas acciones. Hay dos etapas de alarma para la protección contra incendios: a una temperatura de 120°C, se dispara una pre-alarma, que es señalizada por una luz de alarma universal. De esta forma, el operador de la máquina se da cuenta de la alarma y puede comprobar la situación.

La imagen de la cámara de infrarrojos, en la que está marcada la posición más caliente, es particularmente útil. Si se excede una temperatura de 130°C, el sistema dispara la alarma principal y la cepilladora se detiene. Los umbrales de temperatura se pueden cambiar desde la ubicación de control de la línea de cepillado. Dependiendo del producto y del tipo de madera, aquí son necesarios varios valores umbral. Hasta ahora, el sobrecalentamiento ya se ha detectado varias veces con el sistema. Si dicho daño se detecta a tiempo, el equipo de mantenimiento puede cambiar las piezas correspondientes antes de que ocurra un daño real. De este modo se evita un fallo con paradas de producción más prolongadas y, como resultado, la disponibilidad general del sistema aumenta.
La monitorización por infrarrojos ofrece capacidades adicionales
El control de las temperaturas en las líneas de cepillado ofrece aún más posibilidades que van mucho más allá de la protección preventiva contra incendios. También se puede evaluar la temperatura de la superficie de la madera. Dependiendo de la presión de contacto del riel de tope, la superficie de madera también puede calentarse considerablemente. Además del riesgo de incendio, si las temperaturas son demasiado altas, la decoloración o incluso las marcas de quemaduras pueden afectar la calidad de la superficie. Hay un paso de control de calidad directamente después de la línea de cepillado, pero cuando se nota la decoloración allí, ya se han cepillado muchas más tablas.
Para evitar tales defectos de calidad, también se pueden utilizar las cámaras de infrarrojos. Estas controlan la temperatura de la superficie de la pieza de trabajo y así garantizan la calidad del producto final.
Con el control de la temperatura de la superficie de la madera mediante las cámaras de infrarrojos directamente en la máquina, se puede reducir la tasa de desperdicio.

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