Algunas técnicas, como los rayos gamma, rayos X, protones y neutrones acelerados, son radiaciones ionizantes y utilizables tan solo en laboratorios especializados. La radiación denominada de terahercios es no ionizante, lo que supone un menor riesgo para la estabilidad molecular, que otras formas de radiación electromagnética.
La espectroscopia de imagen terahercios es una técnica emergente. La radiación que emplea se sitúa entre las microondas y el infrarrojo, siendo capaz de penetrar la mayoría de los materiales no polares o metálicos. Una amplio variedad de materiales dieléctricos que son opacos o altamente dispersores de las frecuencias ópticas son, en cambio, transparentes a las frecuencias de terahercios.
La baja energía de los fotones, su carácter no ionizante y el bajo calentamiento molecular debido a la absorción, la acreditan como técnica no destructiva. Así se han logrado abordar estudios en cuevas del paleolítico en el Reino Unido, pinturas, etc, inabordables por otras técnicas, descubriendo defectos, composición de la pintura, etc.